Llegó de Toro (Zamora) hace un montón de años al sur de España, a Pozoblanco. Se asentó tan bien en el equipo que se quedó para siempre. O eso al menos él creía. Como jugador llegó a ser el capitán y, después de cortarse la coleta, cogió las riendas del Pozoblanco como coordinador de la base y entrenador del equipo juvenil al que ascendió a la Liga Nacional demostrando que es un extraordinario formador de jóvenes promesas.
Hace dos temporadas partió, primero al Córdoba de División de Honor y esta temporada al Castuera. La campaña que está realizando es magnífica convirtiendo al Castuera en la revelación del campeonato. El equipo continúa invicto con ocho victorias y cuatro empates. Nadie esperaba que el equipo estuviera ahí. Pero está.
Entrenador muy preparado. Le gusta conseguir resultados fruto del trabajo en el campo y también del trabajo previo, ya que tiene problemas para desconectar. El fútbol es su pasión. Se ha instruido a través de numerosos estilos de juego de los cuales coge lo más relevante para aplicarlo al terreno de juego. Este año ha superado las expectativas de su equipo, aunque no era el objetivo inicial, ahora su objetivo es tratar de conseguir el ascenso. No será sencillo pero estando él por medio puede suceder.