El juvenil debutó en liga con el Pozoblanco y le dio el tanto de la victoria cuando solo llevaba dos minutos en el campo
Su padre quería que fuera jugador de balonmano. Era normal: siempre había peleado con el deporte rey. Paco Castillo fue jugador y el entrenador del Prasa Pozoblanco que hace 25 años logró el ascenso a liga Asobal. Por entonces, Juanito no había nacido aunque se lo han contado muchas veces. El hijo le salió futbolista. El pasado domingo jugó ya en liga y marcó el gol de la victoria del Pozoblanco. Fajardo apostó por él sabiendo de su rapidez. Juanito es de esos futbolistas que tiene los deberes hechos cuando le llega el balón. En ese intervalo que va del pase del compañero al control propio, Castillo ya ha oteado el horizonte y analizado las posiciones enemigas. Eso le hace ganar tiempo y posición. Y luego corre, corre mucho pero sabe el sitio por el que corre. Tiene gol y sabe romper la espalda de los rivales. Los buenos futbolistas son incontenibles. Él lo es.
El gol que hizo el pasado domingo es como el viaje del cántaro a la fuente. Pase en largo y Juanito volando con la pelota para acompañarlo con una definición perfecta. Deslumbra por su velocidad. Fajardo lo tiene claro: hay materia prima en el equipo juvenil. El domingo en el banquillo lo pensó:
—A lo mejor lo que necesito es un tipo que corra en la banda como si le fuera la vida en ello y que rompa la veteranía del rival. Y eso hizo:
—Juan, adentro. Diagonal, carrera y gol. Victoria. Tres puntos y a soñar. Algo así como la tormenta perfecta. El baby team de Fajardo no respeta a nadie. Le asentó un bofetazo al partido que nunca olvidará.
El niño del flequillo y perilla de mosquetero había hecho la primera de las muchas hazañas que le esperan en el primer equipo. Es un rayo. Se atreve con todo. Como tenga a alguien que le pegue un pase en diagonal de 20 ó 30 metros se va a hartar. Además lleva consigo la pillería: siempre atento, siempre fresco. Es de los que aparecen y resuelven. Es rápido, dinámico, tiene un golpeo de balón espectacular y una enorme capacidad de respuesta.
