Cultura

La Fiesta de la Cruz de Mayo de Añora, protegida como Bien de Interés Cultural

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El ritual festivo, cuyo origen se remonta al siglo XVI, es una de las señas de identidad más significativas del municipio cordobés

El Consejo de Gobierno ha acordado inscribir, a instancias de la Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico, en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz (CGPHA), como Bien de Interés Cultural (BIC) en la tipología de Actividad de Interés Etnológico, la Fiesta de la Cruz de Mayo de Añora (Córdoba), una actividad que ejemplifica de manera extraordinaria la diversidad de manifestaciones inmateriales existentes en la comunidad andaluza.

La Fiesta de la Cruz de Añora se caracteriza, entre otras singularidades, por una dilatada permanencia histórica con origen en los ciclos alternos, de rigor o relajación y fiesta, característicos de tradición pagana y religiosa que han convivido con total armonía. El origen de la veneración de la cruz se sitúa a mediados del siglo XVI, con la fundación de la Cofradía de la Veracruz en Córdoba.

El ritual festivo consiste en vestir las distintas cruces, tanto las de interior –que se visten o realizan en viviendas o edificaciones techadas- como las de exterior –que se visten sobre las cruces de granito o cruces de término-. Cada una de las cruces es adornada con barroquismo y laboriosidad por sus vecinos que, dos o tres meses antes de la celebración de la Velá, la madrugada del primer domingo de mayo, se organizan ‘ex profeso’ para preparar los distintos escenarios donde rivalizar durante el concurso.

Precisamente, el hecho de que la realización de las cruces recaiga sobre grupos vecinales hace que los preparativos y disfrute de este ritual refuercen la articulación social e identitaria de la población noriega.

La implicación ciudadana en torno a esta fiesta garantiza la transmisión de la actividad mediante el aprendizaje, por transmisión oral y, en ocasiones, por imitación, como es el caso de las cruces infantiles, que cuentan con el entusiasmo de la juventud y refuerzan la continuidad de la tradición.

Su puesta en escena y belleza la dota de una especificidad única en Andalucía y en España, destacando el proceso artesanal de los preparativos de la celebración. La forma de presentación y sus adornos se mantienen en secreto entre los componentes de cada cruz, para evitar que sean copiadas por otras cruceras y perder el factor sorpresa. Por este motivo, las cruces de exterior, a diferencia de las de interior, se montan el mismo día de la celebración.

La forma de adornar las cruces y los elementos empleados han ido evolucionando progresivamente a lo largo de los años, desde la ornamentación vegetal y textil basada en ajuares femeninos de los años 80 a la utilización de diversos materiales y ensamblajes para crear entornos barrocos o que presentan la cruz suspendida.

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