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Pablito, el masajista del Pozoblanco

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“Quiero que me entierren en el campo de fútbol de La Junquera”, decía Pablo Márquez Torrico hace dos días a sus compañeros y amigos de la Unión viendo que se moría. La verdad es que una enfermedad fulminante se lo ha llevado este miércoles a los 57 años de edad. A sus hermanos no les dio tiempo ni desplazarse para verlo con vida. Conocido como ‘Pablito’, su afición por el fútbol le llevó a ser masajista del Ferrocarril Oeste en Pozoblanco en aquella liga que arrancó a finales de los 70. Posteriormente pasó a formar parte como masajista y utillero del equipo juvenil del Pozoblanco y en el primer equipo de Juan Ríos.

La afición por el fútbol le venía de su padre, que fue directivo de la Peña Athletic Club de Bilbao de Pozoblanco. En la calle Alfareros jugaba sus partidos de fútbol. Algunos de ellos los disputaban en el Pósito con su vecino, Miguel Cardador,  que fue el que le abrió la puerta al Ferrocarril Oeste y luego se lo llevó a los juveniles.

Actualmente estaba en Cataluña, en La Junquera, donde trabajaba como jardinero en el ayuntamiento de esta localidad. Ejercía como utillero también en el equipo de fútbol de la UE La Junquera, club al que adoraba donde jugaron también sus dos hijos. La Federación Catalana  de Fútbol ha expresado su más sentido pésame a la Unión por el fallecimiento de Pablo. Fue una persona que nunca luchó por ser relevante, sino simplemente por servir a los demás desde su enorme humildad que era donde radicaba su enorme grandeza.

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