Ficha por el Novaschool de Málaga para las dos próximas temporadas después de una gran temporada en el Cordobasket
Cuando a finales del 2020, un espigado niño apareció por las canchas de Cordobasket, más de uno se frotaba los ojos ante lo que veía. Lo conocían de jugar en Pozoblanco pero no esperaban que pudiera dar tanto. «¿Dónde estaba esta perla?», se preguntaba más de uno. El año ha sido fantástico. De principio a fin. Tanto que los equipos grandes de Andalucía lo han tentado llamando a su puerta. Finalmente ha decidido irse a Málaga, a un club en el que la formación académica prime. El Novaschool es su destino con una beca deportiva. Allí cursará el bachillerato en un acuerdo que ya está cerrado para los dos próximos años. Allí tratarán de que su juego sea lo más completo posible porque puede hacer muchas cosas. Tiene condiciones y mucha pasión por el baloncesto. Este año ha sido campeón cadete y junior con el Cordobasket. Ha ido al Campeonato de España con su club y ha promediado unos números fantásticos.
Su aventura con el baloncesto empezó hace 11 años. Con 4 años ya estaba en «la guardería baloncestística del Chorro» intentando meter balones en una canasta que quedaba muy alta. Pronto se le vio que era un gran jugador. Como era de los que sobresalía, era de los que chupaba. Eso de «balón difícil, balón para Rubén» se hizo popular. Buen tirador, con una gran mano y buena visión del juego. Dominaba a placer el juego de su equipo. El crecimiento del jugador ha sido progresivo pero este año en Córdoba, espectacular. Ha mejorado facetas del juego muy importantes como el rebote o el esfuerzo. Optimizando sus recursos.
Rubén Urbano tiene las características necesarias en los jugadores del baloncesto actual. Reúne unas virtudes atléticas y técnicas importantes aunque esperemos que tenga esa capacidad de esfuerzo permanente necesario para llegar lejos. Juega de alero aunque por su estatura tendrá que acabar de escolta. Es rápido, valiente, atlético, con buen salto, gran conducción y un buen tiro. Todo es mejorable pero él posee ese talento que le hace ser muy interesante. Mide 1,92 y va bien en el uno contra uno. Buen finalizador. En septiembre cumplirá 16 años.
Como dice Eduardo Burgos está “perfeccionando sus cualidades”. Se sabe que cada vez es más importante el manejo de balón de los exteriores. La capacidad para subir el balón, para salir de los bloqueos con velocidad, con cualquiera de las manos. Tiene buena puntería, el tiro de tres es bueno y ha demostrado en el último año que al rebote va bien. Es un suma y sigue. Parece otro porque quizá sea otro. Más agresivo, distinto y con una capacidad con la que puede soñar. Rubén está en la buena senda. Es un virtuoso que hace fácil lo difícil. Él tiene claro que el baloncesto hay que entrenarlo, no solo jugarlo. Rubén junta el carácter y la técnica. Estamos ante un jugador que promete y esperemos que llegue.
