A finales de los años sesenta se inició una relación epistolar entre la Cofradía de la que es patrona de Pozoblanco y Villanueva de Córdoba, la Virgen de la Luna, y el programa Apolo de la NASA, que se mantuvo en el tiempo. La NASA envió un agradecimiento firmado por Aldrin, Armstrong y Collins, y también confirmó la recepción, por parte de la tripulación de Apolo XVII, de una estampilla de la Virgen. Incluso se especula con que alguna de las misiones tripuladas haya llevado la imagen al satélite. En 2021, toda esta historia ha pasado a formar parte de la Historia Oficial de la NASA.
A lo largo de historia de la Cofradía de la Virgen de la Luna (su fundación data de finales del siglo XVII y principios del XVIII ), ocupa un lugar destacado la iniciativa de quien fuera secretario de la Cofradía en los años 60 y 70: Felipe Sánchez Urbano. Fue un hombre valiente, comprometido con el progreso y con ese deseo de acercar el nombre de Pozoblanco (Córdoba) y de su Patrona, la Virgen de Luna, a una de las mayores hazañas protagonizadas por el ser humano, como fue la de pisar La Luna, por motivos obvios.
Felipe Sánchez Urbano siempre tuvo ese deseo de abrirse al mundo, con un espíritu inquieto por impulsar mil y una iniciativas, sin importar la distancia o la dificultad para llegar a conseguirlas. Del castellano, no entendía la palabra “imposible”. Mas bien buscó siempre la conexión natural que tenemos los seres humanos, sin importar distancias o idiomas, sino solo el sentimiento, la ilusión y la pasión.
Por eso, Felipe Sánchez Urbano, en representación de la Junta Directiva de la Cofradía, redactó en 1969, y envió a través de la Embajada de los Estados Unidos en España, mecanografiada, una propuesta única y entrañable, como fue la de convertir a la Patrona de Pozoblanco -también hubo un intento de iniciar los trámites reglamentarios- para que fuese también la protectora de los astronautas del Apolo XI (documento adjunto). La propuesta transmitía la energía y el apoyo de todo un pueblo, a la gran aventura que estaban por emprender en beneficio de la Humanidad. Una vez conseguida la hazaña, en septiembre de 1969, la NASA, con la elegancia por cuidar los detalles de su imagen en el mundo como parte de la personalidad e idiosincrasia de la institución, envió como agradecimiento un documento firmado con todos los componentes de la tripulación del Apollo XI (imagen adjunta).
Tiempo después ( 4 octubre 1969) con motivo de la visita a España de la tripulación Apolo XI, la Cofradía envió a la Embajada de Estados Unidos una invitación formal (adjunta) para que la tripulación asistiera a la Romería de la Virgen de la Luna (adjunta respuesta de la Embajada).
Este intercambio de cartas entre la Hermandad y la NASA continuó con las demás misiones Apolo. Prueba de ello fueron los documentos firmados por la tripulación de la última misión a la Luna, Apolo XVII. En Pozoblanco siempre hubo un gran deseo y una ilusión infinita por que la imagen de la Virgen de la Luna llegara a los astronautas, y con ellos, físicamente a La Luna. No se sabe con seguridad si hay una imagen de la Virgen en La Luna en el satélite, pero sí está documentada su recepción por parte de los astronautas de Apolo XVII (imagen adjunta). En el caso de los astronautas del Apolo XI, solo hubo una confirmación verbal de la recepción de la imagen entre las autoridades en ese momento.
Muchos años después de que concluyera aquel carteo, Herminio Rodríguez, profesor del CEIP Nuestra Señora del Carmen en Torre la Reina (Guillena.Sevilla), quien tiene un vínculo cercano con la Cofradía, trajo la historia al presente. El carteo y relación de la Cofradía pozoalbense con la NASA había permanecido desconocido, oculto durante 52 años en los archivos de la Cofradía de la Virgen de la Luna, que es donde se encuentran custodiados actualmente.
En todo este tiempo, Herminio, como si el destino lo hubiera puesto en el camino de darlos a conocer al mundo, ha intentado que estos documentos tengan el lugar histórico que merecen, tanto ante la opinión pública como mediante el reconocimiento de las instituciones contemporáneas, con el refrendo de la NASA, para convertirlos en atemporales.
Así, hace unos días se recibía la confirmación oficial de que el expediente forma parte de la Historia de NASA y más concretamente del Programa Apolo, y, por tanto, “bien se puede decir que también forma parte del Patrimonio de la Humanidad”, afirma Herminio. Este reconocimiento y actualización de NASA tienen su origen en el traslado de un extenso dossier explicativo de la interacción que mantiene hace más de medio siglo la Cofradía Nuestra Señora de Luna (Pozoblanco) con las Misiones Apolo, a Adriana Ocampo Uria ( https://es.wikipedia.org/wiki/Adriana_Ocampo), directora de Proyectos Científicos de NASA.
Que la NASA haya puesto sus ojos en Pozoblanco y haga suya esta historia, porque contribuye y engrandece su liderazgo en el mundo y su capacidad de provocar esas iniciativas espontáneas de toda índole, es motivo de inmensa alegría. “Es emocionante que personas tan influyentes y de renombre en el mundo de la ciencia espacial, deseen conocer de primera mano toda esta documentación que guarda la Cofradía, nacida de la inocente imaginación de la cultura popular de un pueblo como es Pozoblanco, y además desee que forme parte de la exitosa y dilatada Historia de NASA”, señala el profesor. La Dirección del Departamento de Historia de NASA ha hecho llegar a Herminio innumerables respuestas de empatía (vía email) para apoyar este hecho de forma escrita y así quede reflejado para siempre este vínculo en Pozoblanco.
En el transcurso de su investigación, el profesor sevillano ha recogido testimonios que aseguran que esta iniciativa de Pozoblanco caló de una manera curiosa en los corrillos de NASA durante las misiones Apolo, e incluso verbalmente, nada oficial, “se especula que pudo haber viajado a la Luna, algunas de las estampitas enviadas por la Cofradía a NASA”, cuenta.
RESPALDO A LA INICIATIVA
Personas tan reconocidas internacionalmente como Carlos González Pintado Jefe de Operaciones y subdirector del Complejo de Comunicaciones Espaciales de Robledo en Madrid, y uno de los primeros hombres que conoció el éxito de la misión del Apolo XI, aplauden el gesto de esta Cofradía, y el tesón de hombres como Herminio. “Se trata de una historia entrañable, que habla sobre cómo el espíritu humano, y el mutuo deseo de mejora y prosperidad, están unidos por hilos y conexiones poderosas que no saben de distancias, ni de idiomas”, afirma González Pintado.
Por su parte, Anthony Carro, representante de NASA en España, afirma que “España desempeñó un papel crucial en el Programa Apolo a través de las estaciones de la NASA en Maspalomas, Fresnedillas y Robledo de Chavela. La primera comunicación desde la Luna durante la misión Apolo 11 se recibió en la estación de Fresnedillas. Esa cooperación de España con la NASA data ya del principio de los años 60, con anterioridad al programa Apolo, y continúa hasta nuestros días. El departamento de Historia de la NASA subrayó recientemente esa cooperación y, en particular, mencionó las cartas intercambiadas por Felipe Sánchez Urbano, de la Cofradía de Nuestra Señora de Luna, con los astronautas Armstrong, Aldrin y Collins del Apolo 11. La NASA agradece esta estrecha cooperación con España en la exploración e investigación del espacio para beneficio de la Humanidad”.
Quizás esta conexión de la NASA con la Cofradía de Nuestra Señora de la Luna, Pozoblanco y sus alrededores, no fue fruto de la casualidad y ya fue escrita hace miles de años, como un enclave ideal para mirar la «ventana del espacio», como Así es como nuestros antepasados nos dejaron constancia. Cerca de la Comarca de los Pedroches y compartiendo Sierra Morena, se encuentran pinturas rupestres de la Edad del Bronce (5000 años) en la Cueva de Peña Escrita y otras, donde según los investigadores / científicos en sus estudios, confirman el interés de nuestros antepasados por el Observación de las estrellas con atención, siguiendo sus movimientos y cambios de apariencia. Para afirmar como un lugar privilegiado para visualizar el espacio, en 2016 Pozoblanco y su Región recibió la Certificación Starlight, por su alta calidad y escasez de contaminación lumínica para ver el cielo nocturno, manteniendo los valores adecuados de oscuridad y condiciones óptimas para la observación y estudio del firmamento.